Sobre el progreso y su -ismo
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De El Roto |
Hace unas horas dejé por escrito una breve reflexión sobre el progreso hablando de mi infancia y primera juventud, y de algunos amigos. Aquí lo puedes ver. Y creo que necesito decir algo más sobre el asunto, necesito contaros lo que pienso y lo que siento al respecto.
Sin poder evitarlo, la vergüenza ajena me sobreviene cada vez que oigo a los políticos españoles hablar de progresismo. He señalado en el título el sufijo -ismo porque, según la RAE, concede significados diferentes a los sustantivos así sufijados. Pero centrándonos en la palabra progresismo, tenemos que: suele designar "doctrina", "sistema", "actitud" y "tendencia".
Por tanto, podríamos decir del progresismo en España que es una doctrina política, cuyo fin es crear un sistema social que favorezca la adopción de una actitud progresista por parte del pueblo y convertirla en tendencia.
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De El Roto |
El filósofo francés Michel Onfray afirma que en los países democráticos se ha establecido una nueva dictadura que se caracteriza por: destruir la libertad, empobrecer la lengua, abolir la verdad, suprimir la historia para poder reescribirla a voluntad, negar la naturaleza y propagar el odio.
No sé a vosotros, pero a mí me suena bastante todo esto, según el momento político-social que estamos viviendo en España.
Se pretende explicar este concepto desde instancias —y por personas— que, con sus hechos, sólo demuestran lo contrario al progreso, que no es el conservadurismo, sino la involución.
Yo no soy ningún técnico ni estudioso de "los cambios sociales" pero, en mi país, España, los he sufrido más que otra cosa. Cuando acabó el régimen dictatorial, yo tenía trece años. Los días que estuvimos sin colegio mis amigos y yo, los pasamos jugando al fútbol. Pero a mis mayores los veía preocupados. Me explicaron por qué: la incertidumbre; ¿qué pasaría después? Lo que sucedió lo sabemos todos. España salió triunfante de aquel brete. Los extremos políticos se avinieron a la paz y la concordia. Los españoles, en su gran mayoría, respiramos tranquilos.
Algo muy personal voy a decir, que nunca antes he dicho: a mis 23 años yo estaba afiliado a la CNT.
De aquel cambio político hace casi cincuenta años. ¿Cómo es posible que hoy haya personas con la necesidad de autocensurar el discurso de su pensamiento, si es que quieren conservar su puesto de trabajo, o acceder al mundo del arte?
FJPS
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