Barriada Los Pajaritos, 1962 (Breves apuntes)

 Tiempo aproximado de lectura: 2 minutos y 30 segundos


Primer cumpleaños

"Aunque creamos que estamos hablando de otra cosa, 
en realidad es muy posible que estemos hablando de nosotros mismos".
José Luis Martorell, Psicoterapias.


   Estoy convencido de que las cosas tienen memoria (sonrío). Eso pienso hoy día.  En otras épocas de mi vida, muy lejanas ya, creía que las cosas, durante la noche, tomaban vida. 
La gran mesa, las seis sillas, el aparador del salón, todos del estilo que se llamaba entonces clásico, los veía yo de madrugada en su lugar de siempre, pero en secreta y muda conversación unos con otros, en la nocturnidad. Yo pensaba que permanecían inmóviles para no descubrir ante mí su vida oculta, y que alguno de ellos se quejaba: "¿Qué hará este aquí a estas horas?"; entonces yo volvía a la cama para no molestar. Esto ocurría a mis seis o siete años. 


Los Pajaritos, año 1965
Fui un niño muy fantasioso, y de ello disfruté lo indecible. Mi primo Pepe, hijo de mi tía Paca y unos años mayor que yo, quería ser torero. Una tarde, se puso la montera y cogió su capa (ambas para niños, claro) y me demostró su arte en el salón de casa. Mi imaginación me lo pedía tanto que, cuando se marchó,  no pude menos que dibujarle en plena faena de toreo, dándole pases a un morlaco mientras el público aplaudía. Mi primo Pepe ya era torero. 

*  *  *  *  *

El programa de Televisión Española Estudio 1 fue para mí una auténtica revelación. Se trasmitió desde principios de los sesenta hasta el ochenta y cuatro, de modo que fuimos contemporáneos. Recuerdo que al cumplir los diez años, en vez de irme a dormir, me quedaba con mis padres para ver el programa. 
Ellos me lo permitían después de mi insistencia y mis ruegos. 

Secuencia de la obra Magda.
  Aquello me embelesaba. Me daba cuenta de que los actores y actrices eran diferentes a los que hacían  películas.    El modo de moverse, de gesticular era distinto a todo lo que yo había visto en televisión. Pero lo que más me impresionó fue lo que decían y cómo lo decían. En realidad y como es lógico no podía entender lo que sucedía, pero me bastaba con oírles hablar y disfrutar de la buena música del lenguaje que yo sí lograba captar.
  


Mi barrio, mi época... Pasados los años, ¿qué sucedió? Llegaron los 80 y, con ellos, algo que llamaban progreso. El Rubio, el Derbi, los hermanos Ruiz, el Richard, etc., acabaron malamente, pues entendieron la libertad de un modo siniestro. Ellos creían que progresaban en esa nueva sociedad que los políticos estaban construyendo, y lo creían respecto a los que no elegimos aquel camino: el Juan Carlos, el Andrés, el Pedro, el Javi, el Antonio, el otro Antonio (el Gordo) y algunos más, que nos dedicábamos a estudiar o a trabajar, y sólo fumábamos cigarrillos "unx2", o "Fortuna". A aquellos amigos cuyo final fue la muerte temprana, los confundieron deliberadamente, y las circunstancias de cada cual hicieron el resto en todos los casos, bien para el bien, bien para el mal. 
Por cierto, el progreso también hizo desaparecer, dos años después de su llegada, Estudio 1

FJPS



   







Comentarios


Entradas populares de este blog

La ramoniana Viuda blanca y negra ahora en Teatro

La viuda blanca y negra (Teatro)

La dramaturgia del presidente Sánchez (Una evidencia censurada)