Sobre un artículo de César López Llera

(y otras intervenciones relacionadas)


   El texto al que me refiero apareció publicado en el diario El País, creo que el pasado día 9. Se titula ¿Teatros públicos o capillas privadas? He conocido el artículo por la publicación de César en Facebook. 
Creo que unos «supuestos cobros irregulares» no deberían considerarse motivo para replantear la gestión de los teatros públicos, sino tener en cuenta el hecho como lo que presuntamente es (¿un delito?; ¿una acción justificada?; ¿una práctica habitual?). A pesar de todo, Luis Homar continuará en su puesto hasta final de año. En respuesta a lo sucedido, el INAEM nos dice que se plantea "modernizar y actualizar los sistemas de gestión". Ya veremos.
Que el presunto haya versionado y dirigido, tampoco debería sorprendernos: el permiso para hacerlo está recogido en su contrato. Quizás por ello sea necesario alzar la mirada para fijarnos en a quién denunciar. 
«El malestar del mundo teatral es grande», apunta César. Lo es, obviamente, entre los no elegidos; y tal vez aún mayor entre los no elegidos que esperaban serlo. César es un dramaturgo digno de admiración por su trayectoria profesional y por la calidad de su obra. Al igual que en otros casos, resulta sorprendente que las programaciones teatrales ignoren nombres como el suyo. 
Desconozco qué tipo de cambio (o a qué nivel) necesita el teatro en España. Lo que sí sabemos todos es que, desde hace más de veinte años, la situación no ha hecho sino empeorar. He leído algunas publicaciones en Facebook que expresan una queja común: el trato que reciben quienes intentan promocionarse ante productoras, distribuidoras, programadores, etc.  La respuesta recibida siempre es la misma: el silencio, cuando no el ninguneo. A esa actitud, por repetida, no deberíamos dejar de concederle su importancia como símbolo de un comportamiento generalizado, adscrito a otros modos de valorar el trabajo de quienes no comparten la misma ideología. 
Sí. El problema del teatro en España, al menos en su mayor parte, proviene de complejos ideológicos. Habría que añadir, como bien señala César, «aunque la mayoría calle por miedo»; silencio y miedo. Cualquiera podría pensar que nos encontramos en plena dictadura. 


FJPS




 

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