Tiempo aproximado de lectura: 1 minuto y 18 segundos Debo declarar que mi intención no fue, ni ha terminado siendo, acercarme a lo que llamamos “teatro inclusivo”. Decidirme por “un hombre de unos cuarenta y cinco años, que mide, aproximadamente, un metro y veinte centímetros” , ha sido una cuestión difícil de resolver. Pero era esa la elección que mi idea de la obra exigía. Obviamente, otra cosa distinta iba a ser llegar a aceptarla como válida. Mis reparos y mis miedos ―todos por ignorancia―, me llevaron a estudiar la materia en profundidad y a informarme adecuadamente. En este sentido, quiero destacar los trabajos de la doctora Susanne Hartwig sobre discapacidad y teatro. De manera especial, las siguientes palabras lograron que percibiera con absoluta claridad y convencimiento la inestimable presencia de Eduardo , tal y como es, en mi obra El político ingenuo : “Así, la discapacidad funciona como símbolo, metáfora o “prosthesis” de la narración que trata de expl...