No nombres a Dios (Sobre el Don Juan Tenorio en el teatro Fernán Gómez)
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Un hombre solo en plena Naturaleza |
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El único contacto que un servidor ha tenido con la religión, ha sido salir de nazareno en una cofradía sevillana, cuando tenía 14 años. Además, estoy casado sólo por lo civil.
A mí no se me puede acusar —si cupiera la acusación—, de ser una persona religiosa. Otro asunto distinto es cuál sea mi concepción de Dios.
Hace unos días me enteré de la capciosa, por ideologizada (adjetivaciones mías), representación de Don Juan Tenorio en el teatro Fernán Gómez. Suprimir las alusiones a lo divino, a lo sobrenatural y, expresamente, a Dios es un acto de ruindad cultural cuando menos. Por lo más, enmendar el texto clásico con el único fin de agradar a una caterva de ignorantes. No sabemos de quién ha sido la idea, pero tampoco nos importa.
Esta execrable anécdota dejó de serlo (anecdótica) hace muchos años, todos los que han transcurrido desde que se comenzó a convertir el teatro en una incesante representación ideológica del poder, conveniente a unos pocos. Pero no podemos culpar a los barandas que dirigen los teatros públicos, porque la orden viene de muy arriba y, si la incumplen, no sólo se queda sin plato de lentejas, sino que es eficazmente señalado como no adepto al régimen, lo cual trae consigo unas consecuencias muy desagradables.
«y Dios concedió a mi afán / la salvación de don Juan / al pie de la sepultura»
sustituido por
«y el Amor concedió a mi afán / la salvación de don Juan / al pie de la sepultura»
Inexplicable para un público que deseaba participar de la tradición española al ver representado el Don Juan Tenorio de Zorrilla.
FJPS
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