Yo soy del siglo XX

Somos del siglo XX quienes hemos nacido en él y lo hemos vivido lo bastante. La escasa edad aún de los del XXI, les coloca en una situación social incierta cuya suerte dependerá, en gran parte, del nivel y calidad de la educación ciudadana de sus predecesores. Así es, y se constata en el día a día. Un país es la suma de tantas influencias como intereses distintos encontremos en sus ciudadanos. Intereses para con la comunidad en que se vive, claro. Esta dicotomía —nada artificiosa y menos aún maniquea — entre moradores y recién llegados a aquel siglo XX, tiene su razón de ser en la controversia, sostenida y silenciosa, que dos sectores sociales bien diferenciados por la edad, mantienen desde que los inquilinos del XXI adquirieron la capacidad necesaria para mostrar sus ideales y preocupaciones como elementos responsables —con voz y voto — de esta nación. Pero en esa discusión no son litigantes estos últimos nombrados —veinteañeros y más hasta ...